oh no, también soy un mono, maldita sea.

El ser humano siempre ha sido bárbaro, irracional, temeroso y egoísta, en fin creo que tratar de explicar su verdadera naturaleza es imposible, pues no hay animal mas estúpido que aquel que invade el mundo bajo la bandera del progreso y la nobleza, pues mientras gritan cual hienas ante la carroña acerca de lo importante que es vivir en paz, igualdad y equidad, se traicionan y atacan como perros entrenados para matarse los unos a los otros, y sus caras se tornan severas, deformadas e irritantes, enverdad los hombres son repugnantes cuando lo que mas necesitan es satisfacer sus instintos, verlos comer me conduce a las nauseas y odio saber que esa es mi apariencia al masticar, su hedor, su vocabulario, sus ideas y creencias tan absurdas son indignantes, me da asco cada clero religioso, cada político, cada delincuente.

En verdad mi odio rebasa el limite tolerable para cada ser humano al ver la cara de los hipócritas que pregonan caridad y bienestar mientras se engullen todo lo que pueden dejando a los demás sin nada que comer, o sin la mas mínima dignidad, mientras lucran con todo lo materialmente existente, y en estos últimos años ¿que hemos visto? violadas miles de mujeres, con un destino finalmente igual al de los hombres castrados, decapitados, acribillados, mutilados, quemados, y un sin numero de mas opciones para segar vidas.

Y es que el humano es verdaderamente PENDEJO, no tiene motivo alguno por el cual existir, su ciencia, su tecnología, y su progreso son mayoritariamente en al área armamentista, buscan muchísimas mas maneras de auto exterminio, no suena tan mal si el planeta se libra del cáncer, pero estos simios calvos, se llevan entre sus patas llenas de mierda creada por ellos, a todo ser viviente que comparte su entorno, tenían tanto potencial para crecer como raza, como una especia muy noble, pero, tal parece que al final no servimos para nada, a lo mucho de abono para las plantas, pero nada mas, que pena que en realidad seamos solo unos simios mediocres en lugar de un gran pueblo unido bajo un mismo ideal, y bajo la creencia de que se puede pensar como planeta y no como bípedos parásitos carroñeros.